El sistema de frenos es uno de los componentes más críticos para la seguridad del vehículo. Un mantenimiento preventivo adecuado no solo alarga la vida útil de los componentes, sino que también reduce significativamente el riesgo de accidentes.
Se recomienda revisar el estado de las pastillas y discos de freno, así como el nivel y calidad del líquido de frenos, aproximadamente cada 20.000 km. Factores como el estilo de conducción, el tipo de vía y el peso del vehículo pueden afectar este intervalo.
Una revisión oportuna permite identificar síntomas de desgaste prematuro, como vibraciones en el pedal, pérdida de eficacia en la frenada, chirridos o desgaste irregular. Ignorar estos signos puede derivar en fallos mecánicos graves, como la pérdida total de capacidad de frenado.
El mantenimiento preventivo del sistema de frenos no es solo una recomendación técnica, sino una medida directa para garantizar tu seguridad y la de los demás en la vía.